miércoles, 15 de abril de 2015

LA LÍRICA DEL RENACIMIENTO



El retorno a los clásicos griegos y latinos y la valoración del hombre y de la vida de manera distinta a la Edad Media son las grandes aportaciones de la estética y la mentalidad renacentistas. Estos ideales se van a apreciar de manera muy clara en la lírica. Durante el siglo XVI asistimos a una gran renovación -métrica, genérica, temática y estilística- de la lírica, muy influida por las aportaciones del poeta italiano Francesco Petrarca (1304-1374). 
  • Renovación métrica. Juan Boscán y Garcilaso de la Vega introducen en nuestra lengua el endecasílabo para sustituir al octosílabo y al verso de arte mayor castellano. El endecasílabo proporciona un ritmo más adecuado para la expresión del propio yo en detenidos análisis y para la expresión de la naturaleza. Aclimataron al castellano estrofas y poemas en endecasílabos o en combinaciones de endecasílabos y heptasílabos: el soneto, la canción (ambos cultivados ya por Petrarca), los tercetos encadenados, la octava real y la lira.
  • Renovación genérica. En el siglo XVI vuelven a cultivarse los géneros de raigambre grecolatina: elegías, églogas, odas y epístolas.
  • Renovación temática. El amor, el sentimiento de la naturaleza y los mitos grecolatinos son los grandes temas de los poetas renacentistas, además de la poesía moral y de la mística. La expresión sincera de los sentimientos debe mucho al petrarquismo cuya ideología amorosa era de corte platónico (el poeta ama inevitablemente y sin correspondencia a la amada, lo que le provoca sentimientos de tristeza, melancolía, duda, esperanza,…, que sirven para purificarle espiritualmente). El anhelo insatisfecho, la enajenación del amante, el conflicto entre la razón y los sentidos o el ideal de belleza son algunos de los temas más tratados. Recuperan estos poetas «tópicos» clásicos como el «carpe diem» de Horacio y el «collige, virgo, rosas» de Ausonio, ambos de contenido vitalista, acordes con la nueva sensibilidad renacentista. El marco idóneo para esas incidencias amorosas es la Naturaleza, que aparece idealizada y es símbolo de armonía y perfección. Sobre esta Naturaleza vuelca sus sentimientos el poeta. Los poetas renacentistas recordarán en sus composiciones los mitos grecolatinos, recogidos entre otros por el poeta latino Ovidio, para expresar mejor el sentimiento amoroso.
  • Renovación estilística. La lengua poética del Renacimiento busca la belleza formal, la elegancia y la naturalidad, y huye de la afectación. Los modelos que siguen son los poetas clásicos y Petrarca. Para lograr esos propósitos someten a la lengua al ideal de selección estilística. Los recursos que serán más utilizados, por tanto, son:
  1. las metáforas sobre el daño de amor (prisión, herida,…);
  2. las definiciones por contrarios o mediante paradojas (los efectos del amor son descritos como fuego/ hielo, gozo/ sufrimiento,…); 
  3. los epítetos son muy empleados en la descripción de la Naturaleza; 
  4. las alusiones eruditas y mitológicas son muy frecuentes.

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