lunes, 29 de octubre de 2012

"DE MI CARTERA": UNA POÉTICA DE ANTONIO MACHADO

Dibujo de Antonio Machado
realizado por su hermano José
Entre los textos que Antonio Machado  escribió sobre poesía nos fijamos hoy en el poema "De mi cartera" que publicó al final de Nuevas canciones (1924), en un momento en el que los novecentistas y los jóvenes poetas del 27 planteaban una lírica de corte intelectual y cultivaban la "poesía pura".
Está dividido en siete partes (soleás, una copla y un breve romance) que recogen, a modo de apuntes de pensador, algunos de los principios de la poesía machadiana: la poesía es "palabra en el tiempo" y "canto y cuento", que busca la sencillez expresiva con la rima asonante y con la imagen intuida (opuesta a la conceptual del barroco y de los poetas de los años veinte) y que también apunta a lo esencial con las palabras nominales, sustantivos y adjetivos. En este poema, fiel reflejo de sus propias ideas poéticas, expresa su obsesión por plasmar el tiempo mediante la palabra, con la alusión a la imagen del río, con el papel dado al ritmo, con la mención de la "viva historia" o con el empleo de los adverbios temporales que se identifican expresivamente entre sí.
Antonio Machado nos muestra en estos apuntes su auténtica voz poética, alejada de los movimientos que habían nutrido el Modernismo (no gusta de las perfectas líneas escultóricas del Parnasianismo ni de la musicalidad y cromatismo del Simbolismo) y opuesta a las tendencias poéticas de los años veinte (la "poesía pura", desnuda e intelectualizada, que no cuenta ni canta la viva historia).


 DE MI CARTERA

I
Ni mármol duro y eterno,
ni música ni pintura,
sino palabra en el tiempo.


II
Canto y cuento es la poesía.
Se canta una viva historia,
contando su melodía.


III
Crea el alma sus riberas;
montes de ceniza y plomo,
sotillos de primavera.


IV 
Toda la imaginería
que no ha brotado del río,
barata bisutería.


V  
Prefiere la rima pobre,
la asonancia indefinida.
Cuando nada cuenta el canto,
acaso huelga la rima.


VI 
Verso libre, verso libre…
Líbrate, mejor, del verso
cuando te esclavice.


VII
La rima verbal y pobre,
y temporal, es la rica.
El adjetivo y el nombre,
remansos del agua limpia,
son accidentes del verbo
en la gramática lírica,
del Hoy que será Mañana,
del Ayer que es Todavía.

miércoles, 24 de octubre de 2012

EL CISNE, SÍMBOLO MODERNISTA


«El dueño fui de mi jardín de sueño,
lleno de rosas y cisnes vagos»
Rubén Darío  (1905)

 Leda y el cisne (copia anónima de 
un cuadro de Leonardo da Vinci)
Las prosas y los poemas de Rubén Darío están, desde Azul... (1888), poblados de cisnes,  al igual que buena parte de la poesía francesa del siglo XIX (Baudelaire, Mallarmé,...). 
Rubén Darío evoca, por ejemplo, en Blasón el olímpico cisne de nieve, de estirpe sagrada, "con el ágata rosa del pico", con el cuello "en la forma de un brazo de lira / y del asa de un ánfora griega", con su blancura "hermana del lino", mágico pájaro "que al morir rima el alma en un canto". En fin, los cisnes "hechos son de perfume, de armiño, / de luz alba, de seda y de sueño". Y, además, nos recuerda que el cisne es el ave en la que se transforma Zeus para seducir a la hermosa Leda, la esposa del rey de Esparta:  "ascendió hasta la cima rosada  / de las dulces colinas de Leda". Esa misma noche Leda se unirá a su esposo por lo que pondrá dos huevos: de uno nacerán Pólux y Helena (hijos de Zeus inmortales), del otro Cástor y Clitemnestra (hijos mortales del rey Tindáreo). 
El cisne se convertirá en sus poemas en un símbolo dual: emblema de la belleza y la sensualidad, pero también criatura casi incorpórea de exquisita pureza que nos impulsa a lo espiritual. Esta dualidad, esta ambivalencia, es la que hace que Rubén Darío emplee tantas veces este símbolo, con el que él mismo se identifica plenamente. 
El cisne pasó a ser muy pronto, como nos enseñó Pedro Salinas, "el más brillante ejemplo de la retórica preciosista del Modernismo", elemento inexcusable del paisaje poético de sus obras. Por su excesiva recurrencia, representó para muchos el símbolo de la nueva poética modernista.
 Así lo entendió Enrique González Martínez quien en 1911 encabezó un soneto de La muerte del cisne con este famoso verso: "Tuércele el cuello al cisne de engañoso plumaje". En este poema el poeta rompía con el imperante Modernismo, sensual y preciosista, y reivindicaba una forma distinta de hacer poesía con otra ave, el búho, que puede ver en lo oscuro, en el interior de la vida, y que pasa a ser símbolo de una poesía que se preocupa de la dimensión interior de la vida humana.

miércoles, 17 de octubre de 2012

LA "ODA A ESPANYA": UNA PROCLAMA REGENERACIONISTA Y CATALANISTA DE 1898

Cartel de la exposición "Joan Maragall,
la paraula il·luminada"
En 1898 el escritor modernista Joan Maragall publica la "Oda a Espanya" en catalán, "la lengua que me ha legado la tierra áspera". En ella arremete contra la vieja España (la de los caducos ideales basados en las glorias del pasado) y le pide  que lo escuche para cambiar el rumbo del país, para darle un nuevo empuje que le haga salir del marasmo y superar sus "males", en una línea muy cercana a postulados regeneracionistas de la época que pretendían cambiar España acercándola a Europa. En la oda hay una proclama vitalista que invita a superar el pesimismo y a construir un nuevo país. Pero el poema termina de forma contundente. Si el poeta no es escuchado, "Adéu Espanya!", "¡Adiós, España!", en línea con el nacionalismo catalán que a finales del siglo XIX empezaba a reclamar el autogobierno.
Si bien han pasado más de cien años de la oda, las cuestiones que entonces estaban de actualidad en la política nacional todavía permanecen vigentes hoy.
A continuación recojo la oda en catalán y una versión en castellano de José Batlló. Seguro que su lectura nos merece una reflexión.

miércoles, 10 de octubre de 2012

LA QUIEBRA IDEOLÓGICA DEL 98

«A Andrés le indignó la indiferencia de la gente al saber la noticia. Al menos él había creído que el español, inepto para la ciencia y la civilización, era un patriota exaltado y se encontraba que no; después del desastre de las dos pequeñas escuadras españolas en Cuba y Filipinas, todo el mundo iba al teatro y a los toros tan tranquilo; aquellas manifestaciones y gritos habían sido espuma, humo de paja, nada». (Pío Baroja, El árbol de la ciencia)
La explosión del Maine 
motivó la declaración de guerra 
de EE.UU. contra España
 Pío Baroja nos cuenta en este fragmento de su novela "El árbol de la ciencia" cómo reaccionan el protagonista, Andrés Hurtado, y la sociedad española ante los sucesos  que llevaron al "Desastre" de 1898, conflicto que terminó con la independencia de Cuba y la pérdida de las colonias en América y Asia (Puerto Rico, Filipinas, Guam) y que supuso la irrupción de Estados Unidos como potencia imperialista en la política internacional.

España quedó indiferente ante un hecho que, poco después, sería considerado una nefasta consecuencia de toda una forma de hacer política, la de la Restauración. Sin embargo, Andrés, intelectual en ciernes, se siente indignado ante ese inmovilismo. Si bien en ese momento apenas nada cambió, sí empezó a cuajar una gran ruptura ideológica con el sistema político de la Restauración, inspirado por el conservador Antonio Cánovas del Castillo, que en pocos años cuajaría en una ruptura social (la Semana Trágica de 1909 y la Huelga General Revolucionaria de 1917) y en unos pocos más en una ruptura política, con el final de la monarquía y la proclamación de la Segunda República (1931).

Asesinato de Cánovas por el 
anarquista Angiolillo en 1897 
(cuadro de V. Ginés)
El "Desastre", según el historiador Manuel Tuñón de Lara (La quiebra del 98), trajo consigo la ruptura de la hegemonía ideológica del bloque oligárquico que dominaba en la Restauración: entraron en crisis la monarquía, la política colonial y el sistema canovista de los partidos de turno apoyados en una monstruosa falsificación del régimen parlamentario por medio del caciquismo.

El “Desastre” de 1898 sirvió de fulminante para emprender una revisión crítica de los valores que establecía como verdad la Restauración (concepción gloriosa del pasado basado en hechos de armas, parlamentarismo poco representativo,…) y de todos los temas concernientes a la realidad sociopolítica española (falta de educación y cultura, atraso económico, hambre,…).

Esta revisión crítica se realiza desde diversas instancias y grupos: desde los regeneracionistas a los anarquistas, desde los burgueses a los obreros y desde los intelectuales más consagrados hasta la nueva generación de escritores más jóvenes. Estas son sus principales aportaciones:

jueves, 4 de octubre de 2012

EL ARTE SEGÚN WILDE

En el prógo a su novela gótica El retrato de Dorian Gray, Oscar Wilde nos dejó en forma de aforismos algunas de sus sugerentes opiniones sobre el arte. 
La profundidad y la sutileza de sus sentencias nos ayudarán a entender qué es lo que pensaban acerca de la creación muchos artistas de finales del siglo XIX, admiradores de este escritor, máximo representante del esteticismo y del decadentismo.
Rubén Darío, el padre del Modernismo, dijo de Wilde, a quien conoció en París en 1900: "rara vez he encontrado una distinción mayor, una cultura más elegante y una urbanidad más gentil".
Os dejo estos aforismos de Wilde para que comprendáis mejor el clima intelectual y artístico de finales del siglo XIX, tan marcado por fenómenos como la bohemia, el esteticismo y el malditismo.

"El artista es el creador de cosas bellas. Revelar el arte y ocultar al artista es la finalidad del arte".
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"Un libro no es, en modo alguno, moral o inmoral. Los libros están bien o mal escritos. Esto es todo".
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"Todo arte es, a la vez, superficie y símbolo. Los que buscan bajo la superficie, lo hacen a su propio riesgo. Los que intentan descifrar el símbolo, lo hacen también a su propio riesgo".
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"La diversidad de opiniones sobre una obra de arte indica que la obra es nueva, compleja y vital. Cuando los críticos difieren, el artista está de acuerdo consigo mismo."
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"Todo arte es completamente inútil."