miércoles, 21 de mayo de 2014

LAS LECCIONES DE LA IMAGINACIÓN


Alma del Ebro
de Jaume Plensa i Suñé
Dejo a continuación el texto que los alumnos de 2º de Bachillerato habéis comentado en el examen final de esta mañana. Es un extracto de un artículo de Javier Marías, publicado en El país hace menos de un mes, que lleva por título Las lecciones de la imaginación
En el artículo se trata de un tema sobre el que muchas veces hemos hablado en clase y sobre el que en el blog hemos recogido interesantes y enriquecedores testimonios como los de Mario Vargas Llosa o Emilio Lledó, o como los de Jorge Luis Borges o José Luis Sampedro

Espero que no olvidéis las sabias palabras de estos hombres sabios.

Tengo la sensación de que nos vamos adentrando en una de esas épocas en las que se tiende a juzgar superfluo cuanto no trae provecho inmediato y tangible. Una época de elementalidad, en la que toda complejidad, toda indagación y toda agudeza del espíritu les parecen, a los políticos, de sobra o aun que estorban. Y como los políticos, incomprensiblemente, poseen mucho más peso del que debieran, detrás suele seguirlos la sociedad casi entera. Son tiempos en los que todo lo artístico y especulativo se considera prescindible, y no son raras las frases del tipo: “Miren, no estamos para refinamientos”, o “Hay cosas más importantes que el teatro, el cine y la música, que acostumbran a necesitar subvenciones”, o “Déjense de los recovecos del alma, que los cuerpos pasan hambre”. Quienes dicen estas cosas olvidan que la literatura y las artes ofrecen también, entre otras riquezas, lecciones para sobrellevar las adversidades, para no perder de vista a los semejantes, para saber cómo relacionarse con ellos en periodos de dificultades, a veces para vencer éstas. Que, cuanto más refinado y complejo el espíritu, cuanto más experimentado (y nada nos surte de experiencias, concentradas y bien explicadas, como las ficciones), de más recursos dispone para afrontar las desgracias y también las penurias. Que no es desdeñable verse reflejado y acompañado –verse “interpretado”– por quienes nos precedieron, aunque sean seres imaginarios, nacidos de las mentes más preclaras y expresivas que por el mundo han pasado. Casi todos los avatares posibles de una existencia están contenidos en las novelas; casi todos los sentimientos en las poesías; casi todos los pensamientos en la filosofía. Nuestros primitivistas políticos tachan de inútiles estos saberes, y hasta los destierran de la enseñanza. Y sin embargo constituyen el mejor aprendizaje de la vida, lo que nos permite “reconocer” a cada instante lo que nos está sucediendo y aquello por lo que atravesamos. Aunque sea no tener qué llevar a casa para alimentar a los hijos. También esa desesperación se entiende mejor si unos versos o un relato nos la han dado ya a conocer, y nos han preparado para ella. Sí, no se desprecie: sólo imaginativamente. O nada menos.

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